Uno de los factores que dificultan nuestra comprensión de la Biblia es su redacción de acuerdo a diversos géneros literarios.

Actualidad estamos mayormente familiarizados con formas llanas y directas de comunicación. La explosión de las redes sociales (que priorizan mensajes cortos y concretos) reafirman esta tendencia alimentada por nuestro ritmo vertiginoso de vida.

Por esta causa, géneros de comunicación como la literatura simbólica, apocalíptica, poética, e incluso la literatura proverbial, pueden resultar un reto.

Una de las claves para comprender el libro de Proverbios es identificar la naturaleza simbólica de algunos de sus pasajes y la recurrencia de ciertas enseñanzas a lo largo del libro.

El tema de la mujer ideal emplea frecuentes simbolismos a lo largo de Proverbios, y se ubica en los puntos culminantes de la estructura del libro.

Desde el primer capítulo, vemos una constante personificación del valor máximo del libro: La sabiduría. 

Personificar es describir alguna realidad o valor como si fuera una persona. Por ejemplo: “La “señora” justicia abandonó el palacio de gobierno”. Obviamente la justicia no es una persona, pero ésta manera de hablar sobre la injusticia es atractiva y capta la atención del lector.

Algo semejante ocurre en Proverbios. El autor personifica la sabiduría como una señora santa y bondadosa que procura el bienestar de la humanidad.

Como todo buen docente, Salomón repite esta enseñanza a lo largo del libro enfatizando la importancia de la sabiduría y persuadiendo a los hombres a seguirla.

No obstante, su pericia instructiva no se limita a estos recursos. Las personificaciones de la sabiduría no sólo son atractivas y recurrentes, sino que también se ubican en los lugares culminantes del libro.

El final de la primera sección de Proverbios (1-9), y el cierre del libro (31:10-31), presentan a la mujer ideal, como una opción superior ante la mujer necia. Así se enfatiza la importancia de escogerla antes que a la necedad.

Tal vez el recurso más genial que apreciaremos en Proverbios es la selección del anhelo más profundo de todo caballero como el recurso clave de ilustración. La mujer ideal, el deseo máximo de todo casado y soltero, es colocada en los lugares álgidos del libro para persuadir a los varones hacia la elección de la sabiduría sobre la insensatez.

Por esto vemos el modelo de la mujer ideal como cierre de un libro de instrucción masculina. Dios emplea nuestros deseos profundos para mostrarnos lo que puede satisfacernos verdaderamente. 

Pero esta forma de instrucción resultará relevante para todo ser humano. Si eres mujer, conocerás lo que Dios quiere que llegues a ser en el libro de Proverbios, y si eres varón, serás persuadido a la sabiduría mediante los grandes anhelos de tu alma.

De esta manera, todos seremos llamados a la sabiduría, y a su principio más fundamental: “El temor del Señor es el principio de la sabiduría; los necios desprecian la sabiduría y la instrucción” (Pr 1:7).

En la próxima publicación comenzaremos a conocer algunos aspectos esta mujer ideal y de su contraparte femenina a la que todos debemos evitar.

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