Israel y la Iglesia ¿unidos o separados en Cristo?

Creo que este podría ser el punto más relevante de esta publicación. La unificación judío-gentil que Jesús obtuvo con su sacrificio, le ha concedido muchas de las promesas del Antiguo Testamento a la iglesia.

El apóstol Pablo dijo a los gentiles Corintios: *“Pues tantas como sean las promesas de Dios, en El [en Cristo Jesús] son todas sí” (2Co 1:20).* Las epístolas muestran cómo los apóstoles entendían que promesas dadas al Israel del A.T. eran aplicadas a la iglesia luego de la llegada de Cristo.

El apóstol Pedro exhortó a la iglesia con levítico diciendo: *“escrito está: Sed santos porque Yo soy Santo” (1P 1:16).*El autor de Hebreos consoló a miembros de la iglesia con una porción de Josué escribiendo: *“Nunca te dejaré ni te desampararé” (Hb 13:5).*

Pablo reguló la remuneración de los ancianos citando *Deuteronomio 25:4* al decir *“No pondrás bozal al buey que trilla” (1Tm 5:18).* Y vemos en las epístolas pastorales un llamado a dominar el A.T. para crecer en salvación y santificación por medio de la fe en Jesucristo *(2Tm 3:15-17).*

Las porciones del A.T. abolidas para la iglesia son _aquellas que el N.T. identifica como obsoletas_ por estar ligadas al sistema de sacrificios levíticos, al territorio físico de Israel, al sistema nacional de impuestos, a los estatutos civiles del país, a rudimentos carnales pasajeros y a las dietas temporales de la ley. Todos estos elementos eran sombras de la realidad que se manifestó con la llegada del Mesías, y que al presente están ya cumplidas y satisfechas en el Nuevo Pacto *(Cl 2:8-23; Jr 31:31-37; Mt 26:26-28).*

Por esto, debemos creer como propio y obedecer literalmente todo aspecto del A.T. que no sea abrogado o modificado por el Nuevo Pacto de Jesucristo.

Bajo el pacto de Jesús, la circuncisión no es aquella hecha en la carne sino la del Espíritu *(Flp 3:3; Rm 2:28-29),* los sacrificios animales son cumplidos en la cruz del Mesías y en la vida santa de los creyentes *(Hb 9:23-10:18; Rm 12:1-2).* Los sacerdotes no son los levitas, sino todos los creyentes en Cristo *(Ap 1:6; 3:12; 5:9-10).* La tierra prometida es la nueva tierra y la nueva Jerusalén *(2P 3:13; Rm 4:13-16),* y todos los alimentos son limpiados por la palabra de Dios y la oración *(Cl 2:21; 1Tm 4:4; Rm 14:14).*

De igual manera, las leyes civiles se aplican de acuerdo a las regulaciones apostólicas *(Rm 12:19-13:8; 1Co 5),* el shabath es el reposo de obras por la fe y la eternidad en el paraíso *(Hb 3:7-4:11; Rm 14:5-7),* y la obediencia de la ley es la fe que obra por el amor de acuerdo al Nuevo Pacto *(Rm 8:1-4; 13:8-10; Gl 5:1-15; 1Tm 1:9-11).*

No obstante, todos los elementos abrogados del A.T. permanecen relevantes iglesia en otro sentido. Éstos muestran el carácter inmutable de Dios y nos capacitan para relacionarnos con Él de acuerdo al Pacto de Jesús. Abandonarlos por completo implicaría menospreciar la revelación del carácter santo de Jesucristo que *“es el mismo ayer, hoy y por los siglos” (Heb 13:7-8; Jn 14:9; 1Co 10:1-13).*

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